lunes, 28 de febrero de 2011

El Reencuentro

Hola buenas tardes Antonio:


Como estas? Esperamos que bien,

Este fin de semana ha sido para nosotros muy “movidito” jejjejejjej, quiero decir que después de algún tiempo sin actividad “extra” estuvimos en la casa de un amigo que conocimos hace ya varios años y del cual no teníamos noticias suyas.

El amigo Cesar se había marchado de Madrid a trabajar fuera, ya que es ingeniero de una empresa petrolífera, y ahora ha vuelto por un periodo de tiempo, el caso es que en su día lo pasamos muy bien todos y este fin de semana, el viernes noche estuvimos cenando con el.

Después de salir del restaurante fuimos a tomar algo se nos hizo ya casi la una de la madrugada, y como la cosa pintaba bien, nos invito a su chalet que esta en Pozuelo, una casa que ya conocíamos y que esta la mar de bien, acogedora y cómoda y no le falta detalle.

Al ser un chalet aislado no tienes gente curiosa que pueda molestar o curiosear lo que pasa en la casa, jardín o piscina si es el caso.

Como la noche prometía, estuvimos la mar de a gusto todos y sobre todo Ana, que fue el motivo de nuestras atenciones.

Tras unos refrescos, y alguna que otra copa Cesar y yo, subimos al dormitorio principal donde tiene una cama grande de esas de 2 x 2 y en el techo espejos, con lo cual ves todo, jejjejjejej

Te puedes imaginar a ella, entre los dos la fuimos dejando sin ropa, primero la falda, luego la blusa con tres botones delante, cada botón que le soltaba, se veía un poco mas sus pechos tan apetecibles y calidos, el no paraba de besar su cuello escote hasta que salio la blusa, así en ropa interior la tumbamos sobre la cama y nosotros dos nos quitamos la ropa y nos tumbamos cada uno por un lado.

Ella no podía disimular su estado de excitación al vernos desnudos a su lado cada uno acariciando su cuerpo.

Su cuerpo enamaba un aroma de felina con ganas de atacar, pero nosotros estábamos con muchas ganas de no perder un minuto sin disfrutar de tan rico cuerpo y sin perdida de tiempo mientras uno la besaba en la boca el otro tomaba sus pechos entre sus manos y los acariciaba mientras besaba su duros pezones, lo que hizo que ella soltara algunos suspiros seguidos, Cesar fue bajando por su vientre hasta llegar a su monte de Venus y poniendo su boca sobre el con su lengua fue abriendo paso entre los labios vaginales y penetrando entre ellos llego a lo mas sensible de su sexo.

Ella no paraba de suspirar con el placer que sentía en su sexo, mientras yo, seguía con lo que mas se que le excita y es el trabajo sobre sus pechos, le excita tanto como un buen polvo.

Cesar se concentro mas aun en darla placer con su boca y no dejaba por un momento de comérselo literalmente entero, hasta que empezó a introducir primero un dedo y luego dos y así casi toda la mano, y le hizo correr salvajemente después de un rato con ese masaje tan delicioso.

Ya seguiré contando